Published in Barcéloner (Oct. 2007) Comprar la colección completa de las sonatas de Beethoven, hará que mi hijo adolescente cambie los piercings por la Divina Comedia ? Sera nuestro bebé un genio si , cada noche antes de acunarlo, lo sometemos a un riguroso régimen formado por los conciertos para piano de Mozart? Crecerá nuestro geranio más rápidamente con Bach como música de fondo? Dan las vacas en Wisconsin más leche si en el establo suena un quinteto de Schubert? Puede escuchar a Brahms curar la epilepsia? Estas preguntas, en apariencia excéntricas, han sido motivo de muchos mitos urbanos que, en alguna u otra versión, seguramente todos hemos oído en algún momento. Su origen se halla en varias investigaciones científicas que pretenden averiguar los posibles efectos beneficiosos, a nivel cognitivo y fisiológico, que la escucha de la música clásica podría tener en los seres vivos. En el primer experimento en esta dirección, publicado en 1993, un equipo dirigido por Rauscher, una inv...